Reportaje
Las jóvenes deben conocer la lucha y los logros de las feministas
Por: Anayeli García Martínez
CDMX.-: Llamado de Rebeca Grynspan en Foro de Mujeres Parlamentarias. / Cuartoscuro
CDMX / 2015-10-11 13:49:46.- Rebeca Grynspan, dirigente de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), órgano que integra a los 22 países iberoamericanos, llamó a las parlamentarias y a las feministas a dialogar con las jóvenes a fin de que conozcan la lucha, las demandas y los logros de las mujeres.

En una conversación con Silvana Koch-Mehrin, fundadora del Foro Global de Mujeres Parlamentarias (WIP, por sus siglas en inglés), la actual secretaria general iberoamericana habló de su experiencia personal y dijo que todas las mujeres deben comprometerse para trabajar por las otras que vienen atrás.

En la charla –como parte del Foro de la WIP, que se realizó del 7 al 9 de octubre en esta capital–, Grynspan destacó que sus cargos de poder no habrían sido posibles sin la lucha y el movimiento de mujeres en el mundo, por lo que aseguró que sus logros fueron un resultado “colectivo y no sólo personal”.

Economista de profesión, esta mujer destaca por su trayectoria en organismos internacionales: de 2010 a 2014 fue secretaria general Adjunta de las Naciones Unidas y administradora asociada del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); y de 1994 a 1998 fue vicepresidenta de Costa Rica.

También fue directora de la sede subregional en México de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), y actualmente es secretaria general iberoamericana, pero además se ha caracterizado por sus aportes a las demandas y propuestas feministas en la región.

Con esta hoja de vida y a sabiendas de que sus posturas ideológicas son públicas, Silvana Koch-Mehrin pidió a su interlocutora que narrara algo de su vida que fuera motivo para seguir trabajando en organismos internacionales, con toda la responsabilidad que ello implica.

En respuesta, Grynspan comentó su paso por la política costarricense, y recordó el momento en el que el entonces presidente del país centroamericano, Oscar Arias, le pidió ser viceministra de Economía, propuesta que rechazó porque tenía un hijo recién nacido y tenía que amantarlo, pero como al gobierno le interesaba su perfil, le dieron seis meses para integrarse al equipo.

Esta historia, dijo, le hace ver que las mujeres aún no han logrado conciliar la vida laboral y familiar, algo que es fundamental para el cambio cultural y el empoderamiento de las mujeres y la sociedad.

“No hemos podido deshacernos o desmarcarnos de eso como deberíamos”, explicó. Al ser cuestionada sobre cuáles serían tres propuestas para la agenda de género de las legisladoras, la economista expuso que en realidad las prioridades tienen que construirse “con un mapa y de abajo hacia arriba”, porque las políticas no pueden decir: “esto es lo más importante para las mujeres”, ya que hay diversidad de situaciones y discriminación.

En ese contexto, llamó a la cautela porque consideró que una parlamentaria que representa a todas las mujeres debe ir con todas las ciudadanas, y construir un consenso de los intereses particulares a los generales.

Sin embargo, recomendó a las parlamentarias y a las mujeres no ser tímidas con la discriminación positiva (acciones para favorecer a un sexo, en este caso a las mujeres, a fin de lograr la igualdad), y por tanto exhortó a tener un diálogo intergeneracional con las más jóvenes sobre este tema.

“Creo que tenemos que continuar sobre este camino sin importar lo que todo el mundo nos diga, que todo esto es demasiado, que esto no es un mensaje que le llegue a todos; creo que la discriminación positiva es muy importante y necesitamos hablar con las generaciones jóvenes de esto”.

Al hacer una retrospectiva de su vida, Grynspan rememoró que su intención era que la gente pensara que las oportunidades que se le abrían era algo que se ganó por sí misma, pero después descubrió que eso era una postura egoísta, porque sus logros fueron parte de un esfuerzo colectivo y de acciones a favor de las mujeres.

Para las jóvenes, acotó, estas estrategias de discriminación positiva no son una prioridad, a pesar de que llegan al poder porque la ley mandata que sean ellas quienes ocupen un cargo; y por ello consideró “preocupante” que las nuevas generaciones no contemplen esta postura.

La economista, que en noviembre de 2014 fue incluida entre las 50 personalidades iberoamericanos más influyentes del año en un estudio realizado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), también destacó que en la agenda de igualdad se debe hablar de la autonomía física, económica y social de las mujeres.

En este tema volvió a hablar de su experiencia personal: contó que una vez que llegó a ser viceministra de su país sintió que podía ser una “súper mujer”; demostrar que podía ser “una madre extraordinaria, una increíble esposa y una buena viceministra”. “Me dio ese síndrome, tengo que aceptarlo, y en dos años me di cuenta de que en realidad no era cierto”, narró.

Al final contó que rompió con la idea de que una mujer sola “todo lo puede hacer”, cuando su hijo de dos años de edad se cayó y se rompió la frente, lo que la hizo salir de una negociación importante en materia económica, ir al hospital, y más tarde renunciar a su cargo y a la idea de ser una “súper mujer”.

“Muchas veces no podemos ser las súper mujeres; nosotras nada más somos seres humanos comunes y corrientes, tratando de hacer lo mejor por el país y la familia, y algunas veces no podemos lograrlo todo, y la sociedad tiene que cambiar; todas las veces que le decimos a la sociedad que podemos tener tres o cuatro trabajos, trabajar en la noche y en el día, damos una impresión equivocada”.