Reportaje
Guatemaltecas se organizan contra depredadores de sus tierras
Por: Anayeli García Martínez
CDMX.-: Indígenas crean redes para concientizar y defender derechos. / Agencia
CDMX / 2016-06-06 19:27:12.- En Guatemala las mujeres emigran huyendo de la violencia de género, un fenómeno que también afecta la defensa de la tierra y el territorio de las comunidades indígenas en un país que es blanco de las empresas extractivas, denunciaron activistas.

Las guatemaltecas Juana Jiménez, fundadora de la Red de Organizaciones de Mujeres del Ixcán (ROMI), y Hermelinda Simón, integrante de la Asociación Mujeres de Aq’ab’al, aseguraron que la emigración es un tema para reflexionar.

Así lo afirmaron tras compartir sus experiencias durante una reunión con más de 30 defensoras y defensores de Centroamérica y México, que se reunieron los días 31 de mayo y 1 de junio en el hogar-refugio para migrantes “La 72”, en Tenosique, Tabasco.

De acuerdo con las y los activistas que acudieron a ese encuentro, en el norte de Centroamérica y en el sur de México hay graves violaciones a los Derechos Humanos (DH), que provocan el desplazamiento y migración forzada de miles de personas.

En Guatemala, por ejemplo, mujeres y hombres no tienen condiciones para construir sus proyectos de vida en condiciones de paz, igualdad, no discriminación, sin exclusión, racismo y violencia, por lo que viajan a México con la intención de llegar a Estados Unidos.

Hermelinda Simón, originaria del departamento (estado) de Huehuetenango, narró que la Asociación Mujeres de Aq’ab’al surgió desde 2008 para organizarse en la defensa de sus derechos y de su territorio, pero que se conformaron formalmente en 2011.

Explicó que Huehuetenango es rico en minerales, bosques y ríos, lo que atrajo a las empresas hidroeléctricas y extractivas para actividades de exploración y explotación, con la falsa promesa de llevar desarrollo a las comunidades indígenas.

Lastimosamente, acusó, las empresas sólo quieren saquear el territorio, y por ello las personas que se oponen son encarceladas, amenazadas o asesinadas, lo que aunado a la migración deja en vulnerabilidad a los pueblos indígenas.

En 2012, Hermelinda Simón fue acusada de terrorismo, instigación a delinquir y terrorismo, entre otros supuestos delitos, pero ante la falta de pruebas la denuncia se desechó, aunque amedrentó a quienes defendían sus derechos mínimos como a la consulta previa e informada.

La situación se repite en otras regiones como en el departamento de Quiché, de donde es originaria Juana Jiménez, fundadora de ROMI, una red que nació en 2002 para aglutinar a las agrupaciones de mujeres en defensa de sus derechos.

Durante sus primeras reuniones, las mujeres estudiaron la posibilidad de aliarse para que sus demandas tuvieron eco. En 2005, cuando finalmente lograron conglomerarse, las integrantes comenzaron a concientizar sobre la violencia de género.

Ante los asesinatos de mujeres a manos de sus esposos, la red –que a la fecha integra a 103 comunidades– comenzó a acompañar denuncias penales a fin de vigilar que se hiciera justicia y que a las víctimas se les viera como sujetas de derechos.

A la par, las mujeres han trabajado en la defensa del territorio porque a decir de Jiménez, con el despojo las mujeres y sus hijas e hijos son las más afectadas, porque cuando se quedan sin sus tierras tampoco tienen un sustento ni un hogar donde vivir.

Ante esta realidad, las agrupaciones y colectivos de la red están emprendiendo proyectos en torno a la migración, para hablar con las y los jóvenes sobre los riesgos de emprender este viaje, pero también buscan proyectos para que las comunidades reciban semillas y puedan sembrar sus parcelas antes de abandonar su país.

Ambas activistas señalaron que ahora las organizaciones indígenas trabajan no sólo para prevenir la violencia de género y defender sus tierras, sino para hacer ver las consecuencias de la migración y que tanto en Guatemala como en México se conozca esta realidad.