El gobierno de Joe Biden ordenó el despliegue de mil 500 soldados en la frontera entre Estados Unidos y México para ayudar en tareas administrativas y aumentar el trabajo de campo de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos. Los funcionarios militares no realizarán trabajo de aplicación de la ley y estarán en la zona durante 90 días.

Esto, luego de que las restricciones de COVID-19 permitieran a los funcionarios estadounidenses rechazar a decenas de millas de migrantes que cruzan la frontera sur, pero con el levantamiento de estas restricciones previsto para el 11 de mayo, se espera un aumento en el número de migrantes.

Debido al número récord de personas que cruzan la frontera entre EU y México, han tomado medidas para responder a esta situación, incluyendo la apertura de centros fuera de EU para que las personas que huyen de la violencia y la pobreza puedan solicitar volar legalmente y establecerse en los Estados Unidos, España o Canadá.

La decisión de desplegar a los soldados es otra medida para manejar el hacinamiento y otros posibles problemas que podrían surgir a medida que los funcionarios fronterizos se alejan de las restricciones de COVID-19.

La semana pasada, los funcionarios de la administración anunciaron que trabajarían para evaluar rápidamente a los migrantes que buscan asilo en la frontera, deportar rápidamente a aquellos que no estén calificados y penalizar a las personas que crucen ilegalmente a los Estados Unidos o ilegalmente a través de otro país en su camino a la frontera de los Estados Unidos.