Óscar Oliver / Entretelón político |
2023-05-08 |
La paja en el ojo ajeno |
Vemos la paja en el ojo ajeno, y no vemos la viga en el nuestro, reza el dicho popular que significa que con mucha facilidad vemos los defectos ajenos, cuando los nuestros pueden ser peores. Esta frase cae como anillo al dedo al presidente Andrés Manuel López Obrador, porque su añejo discurso y promesa de campaña, de cero corrupción, aplica para todos, pero no para su familia. Una vez más, los hijos del presidente protagonizan escándalos de corrupción y tráfico de influencias. José Ramón López Beltrán, vive en una lujosa casa propiedad de la asistente de la directora del periódico La Jornada, el cual se ha beneficiado con contratos de publicidad gubernamentales por más de 750 millones de pesos. Por otra parte, una investigación periodística, coloca a otro hijo del presidente, Andrés Manuel López Beltrán, en una red de tráfico de influencias, varios de sus amigos cercanos, se beneficiaron con contratos por 100 millones de pesos. La respuesta del mandatario, fue tan simple como decir “mis hijos no son corruptos”, se victimizó en el show mañanero, al afirmar que sus hijos sufren de acoso. Las acusaciones de la riqueza inexplicable de los hijos del presidente, no es novedad, hay antecedentes de que aprovechan su posición para obtener privilegios. El presidente de México, desde el inicio de su administración, aprovecha el foro de la conferencia mañanera para criticar, denostar, y atacar a quien o quienes no piensen como él. Cuando investigaciones periodísticas revelan el conflicto de interés de los López Beltrán, el presidente hace lo que mejor sabe, voltear el reflector hacia quienes califica como sus adversarios, neoliberales que perdieron sus privilegios. El presidente ve la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio, no sólo en el círculo familiar, la corrupción de Bienestar ha permeado además de Segalmex, al Banco del Bienestar, Pemex, por solo mencionar lo más representativo y escandaloso de su administración. López Obrador aprovecha el foro mañanero para sacar su pañuelo blanco y ondearlo en señal de que ya no hay corrupción. Sin embargo, cada vez son más los casos en su gobierno y de sus familiares que salen a la luz pública. Por eso quiere desaparecer al organismo garante de la transparencia gubernamental, el INAI. El “no somos iguales” del discurso presidencial, ya no convence. Argumenta que son calumnias, de las cuales asegura, siempre sale ileso, pero los escándalos recientes de sus hijos, han dejado al desnudo su falso discurso contra la corrupción. El cinismo de López Obrador, cuando se ve acorralado se traduce en respuestas simples como ¡y qué! Bueno, este, ¿y Loret? El tiempo es el mejor juez, no sentencia de inmediato, pero tarde o temprano da la razón a quien la tiene… Al tiempo pues. |