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2016-03-01 |
Nosotros somos dinosaurios |
Los mensajes que recibimos de los medios son inequÃvocos: Ve por ti, aprovéchate de los demás, solo eso importa. En las calles sólo uno tiene derecho de paso: yo. Por un golpe idiota en alguna vÃa rápida, el dueño de cualquier auto es capaz de detenerse a alegar sin importarle que se haga un embotellamiento de tres o cinco kilómetros. Los aficionados se quedan despiertos toda la noche tomando para ver el partido de futbol de la selección nacional. Si al dÃa siguiente los puestos de trabajo permanecen vacÃos y los salones de clase desiertos, pues ya ni modo. ¿Para qué esforzarse, si el mundo es de los vivos? Yo conozco a una señora que sacó a su hijo de tercero de kÃnder y lo regresó a segundo porque en tercero le estaban enseñando a leer y le exigÃan mucho. "Pobrecito -se quejaba la amorosa madre-, ya tendrá mucho tiempo para aprender. Ahorita que no se esfuerce, está muy chiquito". En Lost World, Michael Crichton dice que los velociraptores eran unos dinosaurios extraordinariamente inteligentes y con una vida necesariamente social. Sin embargo, debido a que en la novela esos dinosaurios habÃan crecido sin padres ni estructura social, se tornan criaturas impredecibles, violentas y, sobre todo, egoÃstas. Nosotros vivimos actualmente en una sociedad de velociraptores. Queremos éxito rápido y vida fácil. Como todos estamos bien, todos tenemos nuestra verdad y todos poseemos un cachito de razón, entonces para qué construimos, para qué entablamos relaciones serias, para qué crecemos. |